Quinta luna, José Pedroni

Con ojos que te sieguen huidiza,1
soy el azor de tus benditos senos:2
palomas que arrullando inflan el buche,3
vasos que crecen a un divino fuego.4

Y en verdad que tu vientre primerizo,5
ni blanco ni moreno,6
calladamente se deforma en cantaro7
a la presion continua del misterio.8

Ah, si me fuera dado referirte9
lo inexplicable que en el alma siento,10
y hacer de modo que tu angustia santa11
se te vuelva alegria todo el tiempo!12

Mujer, en el secreto de tu carne13
es mi destino el que se esta cumpliendo;14
y por eso sonrio a tu sonrisa15
y sufro sin querer tu sufrimiento.16

Y soy como un pastor ante su tierra17
-que mi tierra es tu cuerpo-;18
pastor que canta o que en la plaga llora19
con los brazos abiertos!20

Ah, poco a poco, como un niño triste,21
de extraño mal me morire en silencio,22
si lo que llevas, que es mi propia viña,23
te lo destruye el viento.24

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