Psicólogo, Mateo Salazar Reyes
En el silencio profundo de la mente,1
donde los ecos de heridas suelen morar,2
un psicólogo, una psicóloga, camina y comprende,3
es la guía que ayuda a transformar.4Desarma en palabras lo inexplorado,5
hilos de penas que enredan la piel,6
con paciencia y escucha, sin atajos,7
es guardián del alma, de su vergel.8Descubre el origen de viejas sombras,9
rescata el sol que en penumbras se esconde,10
traza senderos que nunca nombra,11
en un mapa interior que solo él o ella responde.12Es luz y espejo en caminos oscuros,13
un faro firme en mares de ansiedad,14
con empatía enfrenta los muros15
de quienes buscan paz y claridad.16Cada mirada es un mundo distinto,17
un rompecabezas que quiere armar,18
y entre lágrimas, risas y suspiros,19
hace florecer un nuevo comenzar.20Es pasión lo que impulsa su labor,21
dar sentido y alivio a quien sufre en silencio,22
pues sabe que el dolor no siempre es visible,23
y que en cada historia hay un anhelo suspenso.24Lejos de juzgar, entiende y siente,25
ofrece esperanza a quien se perdió,26
su misión, sanar lo que la mente27
calla, guarda y siempre dolió.28A ti, psicólogo, psicóloga, te honramos hoy,29
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por navegar lo que nadie ve,30
por ser voz, compás y apoyo,31
para el alma que busca su porqué.32
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