Entre perro y lobo, Olga Orozco
Me clausuran en mí.1
38
Me dividen en dos.2
Me engendran cada día en la paciencia3
y en un negro organismo que ruge como el mar.4
Me recortan después con las tijeras de la pesadilla5
y caigo en este mundo con media sangre vuelta a cada6
lado:7
una cara labrada desde el fondo por los colmillos de la8
furia a solas,9
y otra que se disuelve entre la niebla de las grandes10
manadas.11
No consigo saber quién es el amo aquí.12
Cambio bajo mi piel de perro a lobo.13
Yo decreto la peste y atravieso con mis flancos en llamas14
las planicies del porvenir y del pasado;15
yo me tiendo a roer los huesecitos de tantos sueños16
muertos entre celestes pastizales.17
Mi reino está en mi sombra y va conmigo dondequiera18
que vaya,19
o se desploma en ruinas con las puertas abiertas a la20
invasión del enemigo.21
Cada noche desgarro a dentelladas todo lazo ceñido al22
corazón,23
y cada amanecer me encuentra con mi jaula de obediencia24
en el lomo.25
Si devoro a mi dios uso su rostro debajo de mi máscara,26
y sin embargo sólo bebo en el abrevadero de los27
hombres un aterciopelado veneno de piedad que raspa28
en las entrañas.29
He labrado el torneo en las dos tramas de la tapicería:30
he ganado mi cetro de bestia en la intemperie,31
y he otorgado también jirones de mansedumbre por trofeo.32
Pero ¿quién vence en mí?33
¿Quién defiende de mi bastión solitario en el desierto, la34
sábana del sueño?35
¿Y quién roe mis labios, despacito y a oscuras, desde36
mis propios dientes?37
Firme con su comentario