I

Cuando murió su amada1
pensó en hacerse viejo2
en la mansión cerrada,3
solo, con su memoria y el espejo4
donde ella se miraba un claro día.5
Como el oro en el arca del avaro,6
pensó que no guardaría7
todo un ayer en el espejo claro.8
Ya el tiempo para él no correría.9

II

Mas, pasado el primer aniversario,10
¿Cómo eran—preguntó—, pardos o negros,11
sus ojos? ¿Glaucos?... ¿Grises?12
¿Cómo eran, ¡Santo Dios!, que no recuerdo?...13

III

Salió a la calle un día14
de primavera, y paseó en silencio15
su doble luto, el corazón cerrado...16
De una ventana en el sombrío hueco17
vio unos ojos brillar. Bajó los suyos18
y siguió su camino... ¡Como ésos!19

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