El limonero lánguido suspende, Antonio Machado
El limonero lánguido suspende 1
una pálida rama polvorienta 2
sobre el encanto de la fuente limpia, 3
y allá en el fondo sueñan 4
los frutos de oro... 5Es una tarde clara, 6
casi de primavera; 7
tibia tarde de marzo, 8
que al hálito de abril cercano lleva; 9
y estoy solo, en el patio silencioso, 10
buscando una ilusión cándida y vieja: 11
alguna sombra sobre el blanco muro, 12
algún recuerdo, en el pretil de piedra 13
de la fuente dormido, o, en el aire, 14
algún vagar de túnica ligera. 15En el ambiente de la tarde flota 16
ese aroma de ausencia 17
que dice al alma luminosa: nunca, 18
y al corazón: espera. 19Ese aroma que evoca los fantasmas 20
de las fragancias vírgenes y muertas. 21Sí, te recuerdo, tarde alegre y clara, 22
casi de primavera, 23
tarde sin flores, cuando me traías 24
el buen perfume de la hierbabuena, 25
y de la buena albahaca, 26
que tenía mi madre en sus macetas. 27Que tú me viste hundir mis manos puras 28
en el agua serena, 29
para alcanzar los frutos encantados 30
que hoy en el fondo de la fuente sueñan... 31Sí, te conozco, tarde alegre y clara, 32
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casi de primavera. 33