Furia, Martín Ezequiel Sosa

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Arde en el pecho como un fuego ciego,1
rompe silencios con gritos de acero,2
no pide permiso, no sabe de ruegos,3
la furia llega y arrasa primero.4

Es hija del dolor no comprendido,5
del miedo oculto, de la frustración,6
del "ya no puedo" nunca compartido,7
del eco roto de la humillación.8

Se disfraza de fuerza y valentía,9
pero en sus brazos todo se quebranta,10
y lo que al principio parecía11
defensa, pronto se torna en garganta.12

Una palabra dicha en su marea13
puede cortar más que un cuchillo fiel,14
y cuando pasa, como quien no vea,15
deja ruinas bajo un cielo cruel.16

Contenerla no es negarla o huirle,17
es mirarla de frente, sin temblar,18
es entenderla antes de seguirle,19
saber cuándo hablar y cuándo callar.20

Domarla es arte de sabios y fuertes,21
no de los que nunca sienten pasión,22
sino de quienes enfrentan sus puertes23
y cruzan con firmeza el torbellón.24

Porque aunque queme, también da señales,25
la furia tiene algo por decir,26
pero si manda, sus vendavales27
pueden dejar sin nada que construir.28

No hay libertad en soltar su cadena,29
ni valentía en dejarla mandar,30
la furia es fuego que vale la pena31
solo si aprende también a escuchar.32

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