Ágape, César Vallejo

Cuando nos acercamos a la poesía de un autor, en muchas ocasiones este quiere que le leamos y veamos sus textos a través de sus ojos, que nos identifiquemos con sus sentimientos, cómo observa el mundo que le rodea y como este afecta a nivel sentimental. Es por ello que no existe en dos autores iguales ni dos maneras de ver la realidad de la misma forma.

En este caso, el poeta se acerque a nosotros a través de él mismo como si estuviera muerto. El poema se presenta ante nosotros por los ojos de un cadáver. La vida de la gente que acudía a su hogar diariamente para estar a su lado desaparece, seguramente porque el ya no está tipo. El poeta no ve que haya un entierro que justifique la ausencia.

Pero la gente pasa poco a poco, como se hace frente a los muertos en el velatorio, mirando sin pedir. Únicamente pasan y observan lo que tienen delante, haciendo que el poeta se sienta ajeno a la realidad que le rodea. Algunos dejaron un recuerdo que él no es capaz de identificar, lo que le hace sentirse más extraño.

El poeta está asustado pero la voz no sale y se pregunta si lo recordarán de verdad. El poeta, ante la ausencia, siente un poco la muerte más cercana. La soledad, que es realmente el estado en el que se encuentre el poeta, es una pequeña muerte diaria, ya que la gente desaparece de su lado, todo se vuelve más opresivo y cada vez más sentimos la ausencia de cada una de las cosas que son importantes para nosotros.

Como podemos comprobar en este poema, la soledad es un elemento que se iguala a la muerte, ya que todo lo que resulta importante para el poeta, para el lector, deja de estar y la gente que para él es importante lo ignora de una forma que le hace sentir esa sensación de mortalidad más cerca que nunca. Estamos ante un poema en el que todo el sentimiento íntimo del poeta se ve reflejado a lo largo de estos breves versos.


Nota de Susana Marín.
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Poema original: Ágape

Hoy no ha venido nadie a preguntar; 1
ni me han pedido en esta tarde nada. 2

No he visto ni una flor de cementerio 3
en tan alegre procesión de luces. 4
Perdóname, Señor: qué poco he muerto! 5

En esta tarde todos, todos pasan 6
sin preguntarme ni pedirme nada. 7

Y no sé qué se olvidan y se queda 8
mal en mis manos, como cosa ajena. 9

He salido a la puerta, 10
y me da ganas de gritar a todos: 11
Si echan de menos algo, aquí se queda! 12

Porque en todas las tardes de esta vida, 13
yo no sé con qué puertas dan a un rostro, 14
y algo ajeno se toma el alma mía. 15

Hoy no ha venido nadie; 16
y hoy he muerto qué poco en esta tarde! 17

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Comentarios

  • Antonino Mar., 2023

    Creo que hay otra interpretación de ese poema. A partir del significado de la palabra ÁGAPE.

    Ágape es el amor incondicional. El poeta espera aportar ese amor a alguien y se encuentra solo y no lo puede transmitir

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